Los niños y niñas de acogida y la adaptación escolar: un proceso conjunto
El entorno escolar es uno de los contextos principales de socialización en el que los niños desarrollan principalmente sus relaciones en el ámbito grupal e individual con sus iguales, al mismo tiempo que es uno de los espacios clave para forjar y desarrollar su futuro educativo. También pasan la mayor parte del día allí, por lo tanto, el entorno escolar contribuye a la construcción de su personalidad y autoimagen. Es por eso que es necesario ayudar a los niños y niñas acogidos para que su integración en el ámbito escolar al inicio del acogimiento sea una experiencia satisfactoria.
Si observamos la realidad actual, los equipos educativos plantean cada vez más intensamente la creación de espacios confortables en las aulas, la vinculación afectiva entre alumno/a y maestro/a, así como dar un carácter mucho más integrador a la relación escuela-familia. El objetivo de esta nueva perspectiva es que la escuela se adapte a las necesidades y bienestar de los niños, acogidos o no, y que, por lo tanto, se promuevan situaciones de aprendizaje de forma natural y a medida de cada uno.
Lamentablemente, a menudo la realidad de los niños acogidos es poco conocida en la sociedad en general y, en consecuencia, también por los docentes, por lo que es importante tener en cuenta algunas particularidades importantes en el momento del inicio del acogimiento cuando el niño se tiene que integrar en la escuela.
Los niños acogidos a menudo provienen de situaciones familiares de vulnerabilidad que han generado una o varias de estas circunstancias:
- Ausentismo escolar.
- Falta de estimulación.
- Cambios de centros escolares.
- Estrés y sufrimiento emocional con la consiguiente dificultad para adquirir aprendizajes.
Es por eso que muchos de estos niños pueden presentar un cierto retraso en el logro de los contenidos académicos, lo que a su vez les genera una baja autoestima, frustración y manifestación de estos sentimientos a través de su comportamiento en el aula.
A menudo nos preguntamos cómo podemos contribuir a que su experiencia escolar sea exitosa. ¿Cómo podemos acompañarlos emocionalmente para que puedan integrarse en la escuela una vez iniciado el acogimiento?
Desde el equipo técnico de acogimientos de la Fundación IRES, compartimos con ustedes unas orientaciones extraídas de la reflexión, fruto de la experiencia en el acompañamiento de niños en acogimiento en familias ajenas.
Orientaciones para familias y profesionales para una buena adaptación a la escuela:
Antes de elegir centro educativo:
- Construyamos una familia: primero es necesario que el niño conozca y confíe en la familia de acogida para introducir otras figuras con las que pueda confiar y aprender.
- No hay que tener prisa: conviene aprovechar el permiso de maternidad/paternidad por parte de las familias de acogida. Además, en la escuela se puede hacer una adaptación progresiva durante el permiso, especialmente si el cambio ocurre a mitad de curso.
- Elegir la escuela: conociendo al niño se podrá saber qué tipo de escuela le conviene según el proyecto educativo, la atención a la diversidad, la experiencia del equipo en casos similares, etc.
Una vez que la hemos elegido:
- Preparar la entrada a la escuela: anticipémonos, visitemos la escuela, acordemos cómo nos referiremos ante terceros y conozcamos a los maestros referentes.
- Verificar el curso adecuado: a veces ya se anticipa que el niño tendrá que repetir curso porque ha tenido muchas dificultades para alcanzar los contenidos o ha tenido mucho absentismo. En coordinación entre los servicios, la escuela y la familia podemos evitar que el niño haga dos cambios de grupo seguidos en cuestión de meses.
- Facilitar la adaptación progresiva: una adaptación progresiva en fechas y espacios que no supongan una angustia para el niño (que no sufra por los contenidos) facilitará que pueda concentrarse en establecer relaciones sociales con sus iguales y los tutores de una forma más relajada.
- Fomentar el vínculo: prioricemos la adaptación en el aula por encima de los contenidos. Primero es necesario que el niño se sienta atendido por el tutor y se sienta seguro, para que luego pueda expresar sus carencias, inseguridades o angustias.
- ¡Cuidado con las expectativas! Es necesario que las familias de acogida y los maestros revisen las mismas expectativas, como por ejemplo, que rápidamente, al convivir en familia, el niño pueda alcanzar un nivel de aprendizaje alto.
Durante el curso:
- Comunicación fluida entre la escuela y la familia: es importante que los maestros no esperen a las reuniones formales para transmitir las dificultades con el niño en el aula, se debe poder trabajar desde la prevención en caso de dificultades, así como integrar en la comunicación a los equipos que pueden ayudar en el día a día (equipo de asesoramiento y orientación psicopedagógica, equipo de seguimiento del acogimiento, etc.).
- Tener presente la diversidad familiar: para el niño acogido es primordial poder integrar su situación familiar de forma natural en los entornos donde se socializa, y la escuela es uno de los principales.
- ¡Las familias y los educadores deseamos que los niños vayan contentos y felices a las escuelas, esperamos que estas orientaciones nos ayuden a hacerlo posible!
En la Fundación IRES, acompañamos a familias de acogida para niños que han sido retirados de su núcleo familiar, ofreciendo orientación emocional y educativa durante el tiempo de convivencia. Es un proyecto de gestión delegada del Instituto Catalán de Acogimiento y Adopción.
Para saber más, puedes consultar la nueva web dedicada al acogimiento, donde encontrarás toda la información y recursos de interés: