Actualmente el 11% de los hogares catalanes son monoparentales, según la Encuesta continua de hogares del INE (Idescat 2018) y, de éstas, casi un 81% están a cargo de una mujer / madre. Son datos bastante elocuentes, que hablan por sí mismas, pero que no reflejan el volumen total porque muchas de estas mujeres / familias no están representadas en las estadísticas oficiales. Son invisibles.
Esto es lo que expone el artículo de la Esther Gil al Social.cat este mes que, como miembro de la comisión de Familias de Entidades Catalanas de Acción Social (ECAS) y responsable de la Oficina de proyectos de la Fundación IReS, ofrece una reflexión en torno a cuáles son las necesidades reales de estas familias y hace un llamamiento al debate para adoptar medidas que puedan cubrir.
“Aproximarse a las situaciones que viven las familias monoparentales en Cataluña implica abrir un cajón de sastre donde confluyen una enorme diversidad de realidades, en muchas ocasiones invisibilizadas. Alrededor del concepto de monoparentalidad encontramos un ideario de imágenes preconcebidas y de estereotipos que, a menudo, no se ajustan a la realidad.”
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