Dados los precios actuales del mercado de vivienda que hay en Barcelona y el área metropolitana, muchas familias están excluidas para acceder a una vivienda propia y se ven en la tesitura de compartir piso con otras personas o se exponen a una alta rotación residencial. La volatilidad del mercado de la vivienda asociada a la pobreza tiene un alto impacto multidimensional hacia las familias y el bienestar de los niños, afectando a su desarrollo educativo, emocional, social, físico y familiar. Ocasiona la pérdida de vínculos y referentes, de red de apoyo y la falta de sentimientos de pertenencia. De todo esto hablan una usuaria de la Fundación IRES y Marta Pedret, coordinadora de proyectos del ecosistema Sant Martí en el programa Via 15.
Actualmente, en el seno de las familias en situación de vulnerabilidad, la infancia es el grupo de edad de población más empobrecida, 1 de cada 3 niños y niñas en Cataluña se encuentra en situación de pobreza o exclusión (Estrategia de Lucha Contra la pobreza infantil, 2024). La inestabilidad del mercado de la vivienda y la situación de vulnerabilidad puede generar desarraigo y desconexión de la red social, así como incrementar el estrés en el seno de la familia. Y en los niños, influenciar negativamente sus expectativas y objetivos de vida, rendimiento académico y su motivación en un entorno estresante que viven con la incertidumbre de no saber dónde vivirán a continuación.
Desde la Fundación IRES seguimos trabajando para dar oportunidades a aquellas familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad y les acompañamos con una red de proyectos sociales para ayudarles a construir un futuro.
¡Muchas gracias a la Xarxa por hacer eco de nuestra labor social y por este reportaje!
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