Violencia intragénero: Dando una respuesta social a un problema invisibilizado
Artículo de archivo por Olga Coronado sobre el proyecto Relaciones Sanas
A pesar del colectivo LGTBI está experimentando avances en materia de igualdad y derechos todavía queda mucho camino por recorrer. Desde la Fundación IRES, trabajamos con familias desde la perspectiva de género y haciendo una mirada transversal a la diversidad. Y en los diez años de experiencia en las Islas Baleares en la ejecución de servicios de atención a la violencia de género se ha detectado demandas de personas LGTBI que convivían con situaciones de violencia en su relación de pareja.
La violencia que se da en el ámbito de las relaciones afectivas y sexuales entre personas del mismo sexo se le llama violencia intragénero. Toda violencia se basa en una desigualdad de poder, pero mientras la de género se fundamenta en el sexismo, la intragénero puede darse por diferentes motivos subyacentes -por nivel económico, la falta de red familiar y / o social, tener una situación administrativa irregular, ser una persona migrada o no tener un cuerpo normativo, incluso para presentar diversidad funcional, etc.
También podemos hablar de los factores patriarcales o machistas que pueden provocar situaciones de violencia entre parejas de personas LGTBI. Por ejemplo, la influencia de la idea de amor romántico, que todos y todas hemos socializado, entendido desde la posesión, los celos y el control como formas de amar y sentirse amado / a. O, también, el fomento del rechazo y el odio hacia la homosexualidad, el lesbianismo o la transexualidad que tanto ha caracterizado la organización social del patriarcado y que hemos vivido en sociedad hasta el momento.
Como consecuencia de estos factores, se dan una serie de situaciones de violencia, específicas del colectivo LGTBI, como el outing, cuando se amenaza a la pareja de hacer pública su orientación sexual sin su consentimiento; o adoptan actitudes de discriminación y aversión por la orientación sexual en sus mismas relaciones, como la homofobia, lesbofobia o transfobia interiorizada.
Esta es una violencia especialmente invisibilizada, precisamente por la socialización de género sustentada en el sistema patriarcal, donde parece que las propias víctimas no se atreven a denunciar. La gran mayoría tiende a esconderlo, por miedo a no ser socialmente comprendidas.
Un factor que puede explicar la invisibilitizació de este tipo de violencia es la falta de recursos específicos que contemplen estas situaciones para poder dar respuesta. Últimamente, dentro del Pacto social contra la violencia machista, con la que el Gobierno de las Islas Baleares aprobó el plan de medidas contra las violencias machistas 2017-2020, se ha contemplado la necesidad de adoptar medidas para erradicar la violencia machista, la violencia familiar y todas las formas de acoso sexual y de acoso por razón de sexo, orientación y de identidades sexuales y de género. Y el pasado 3 de junio de 2016 entró en vigor en las Islas Baleares la Ley 8/2016 para garantizar los derechos de lesbianas, gays, bisexuales e intersexuales y para erradicar el LGTBIfòbia que impulsaba la creación de servicios de coordinación y recursos de atención específica a este colectivo. Pero, a pesar de la nueva legislación, hasta el momento no ha existido ningún recurso que pudiera ofrecer una atención totalmente inclusiva en Baleares.
A raíz de ver cómo muchas personas quedan excluidas del circuito normalizado de atención a violencias machistas, desde Fundación IRES Baleares nos planteamos la necesidad de crear el primer servicio específico de atención psicológica orientado a estas personas desde la perspectiva de diversidad en el orientación sexual e identidad de género.
Así pues, desde el 2018, ofrecemos el servicio de Relacion Sanas, un proyecto de atención psicológica para la promoción de relaciones de pareja no violentas en el marco de parejas del mismo sexo. Los inicios no están siendo muy fáciles, nos resulta complicado llegar a la población objeto de nuestra intervención, probablemente porque hasta hace muy poco este colectivo era privado de sus derechos y parece que todavía, aunque se haya legislado y comenzado a crear recursos, aún no son suficientemente conocidos y, por tanto, puede pasar un tiempo para que se haga uso de estos.
Por todo ello, desde el proyecto de Relaciones Sanas, estamos centradas en la difusión para dar a conocer y visibilizar este tipo de violencias que, al igual que ocurrió con la violencia de género en su momento, no está suficientemente identificada como tal o sigue formando parte del ámbito privado.
La sociedad siempre ha sido diversa, pero en un momento en que la expresión pública de esta es más aceptada que nunca, debemos saber dar respuesta, también desde la diversidad, a todas las necesidades sociales que surjan.