Conoce el TEAF en el Dia Mundial del Síndrome del Alcoholismo Fetal

El consumo en cualquier etapa de la gestación puede causar daños graves e irreversibles en el sistema nervioso central del bebé, lo que conlleva problemas permanentes a nivel cognitivo, conductual y psicológico. Estas alteraciones se manifiestan como una serie de signos y síntomas conocidos como Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF).
Los síntomas del TEAF pueden detectarse desde edades muy tempranas y afectar a diferentes áreas del desarrollo, aunque se hacen más evidentes conforme el niño o niña avanza en la escolaridad, debido a la mayor exigencia cognitiva. Los niños, niñas y adolescentes con este trastorno suelen tener dificultades para seguir normas y adaptarse a las reglas sociales, lo que no debe interpretarse como mala conducta voluntaria, sino como consecuencia de una conectividad cerebral alterada por la exposición prenatal al alcohol. Su dificultad para recordar o ejecutar tareas simples está relacionada con daños en la memoria a corto plazo. Su desarrollo no siempre corresponde con su edad cronológica y hay aspectos que será necesario acompañar a lo largo de su vida.
Las familias adoptivas con niños afectados por TEAF se enfrentan a múltiples retos cotidianos. Los efectos del alcohol prenatal pueden provocar desde leves alteraciones cognitivas y conductuales hasta retrasos severos del desarrollo, siendo en todos los casos consecuencias permanentes. No obstante, ciertos aspectos cognitivos y del comportamiento pueden mejorar con intervenciones tempranas y adecuadas. Es crucial una estimulación precoz y un acompañamiento individualizado. Es fundamental proporcionar un entorno estructurado y enriquecedor, así como formar e informar a quienes rodean a la persona afectada. Aunque el diagnóstico no cambia a la persona, permite que el entorno comprenda mejor sus procesos de aprendizaje, desarrollo y adaptación. La intervención más eficaz surge cuando quienes rodean al individuo entienden y aceptan sus limitaciones cognitivas y conductuales. Si no se entiende la causa de los comportamientos, las conductas problemáticas pueden intensificarse. Por ello, es esencial contar con apoyo profesional especializado en TEAF. El diagnóstico no elimina las preocupaciones, pero marca el inicio para acceder a los recursos necesarios y adaptar la intervención a las características y necesidades específicas del trastorno.
Desde el Servicio de adopciones de niños y niñas con necesidades especiales consideramos fundamental que cada vez más personas conozcan esta sintomatología y puedan acompañar y comprender la realidad de estos niños y niñas. Por eso, hoy compartimos el testimonio de una familia que explica su adopción con un niño que presenta este trastorno.
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